La visión de ambiente no puede reducirse
estrictamente a la naturaleza per se, ni puede asociarse exclusivamente a los
conflictos de contaminación de los ecosistemas naturales vistos como unidades
aisladas, o la biodiversidad reconocida solamente desde el contexto natural.
Las soluciones a los problemas ambientales no se pueden plantear linealmente. Esta crisis
contemporánea se origina y expresa en diferentes vías afectando al conjunto de
ecosistemas y diferentes grupos humanos que de una u otra manera interactúan
con los recursos de la naturaleza.
El concepto de ambiente se deriva de la
complejidad de problemas y potencialidades ambientales y del impacto de los
mismos no sólo en los sistemas naturales sino en los sistemas sociales. Esencialmente
la cultura es el conjunto de estrategias y expresiones tangibles e intangibles
que a lo largo de nuestra existencia hemos desarrollado los integrantes de la
especie humana, para relacionarnos material y simbólicamente con el entorno y
sus interacciones (Wilches-Chaux 2006). Por tanto las soluciones a esos
problemas requieren del análisis permanente e integral de las interacciones: naturaleza
– sociedad – cultura.
En consonancia es importante destacar el
concepto de “alfabetización ambiental”
que hemos tenido la oportunidad de adoptar al final del sendero de esta fase
introductoria del Programa de Educación Ambiental en el Caquetá, como una idea
– fuerza adscrita en la oportunidad de orientar los discernimientos de una
persona con significaciones socioculturales, para que se posicione en su
realidad social, para dar forma a sus representaciones, valores y creencias con
los que se mueven en su relación consigo mismo, con su sociedad y el entorno.
Bajo esta actitud propositiva asumimos que esta
bitácora nos permita la exploración de nuevos argumentos, experiencias e
indicadores que nos faciliten leer el impacto de nuestros resultados de
gestión, tanto en dirección hacia la evolutividad de la sostenibilidad o
vulnerabilización del territorio del cual somos parte. Es indiscutible que
dependiendo de la brújula empleada para esta política pública puedan germinar
plantaciones de identidad, participación y pertenencia de valor político y
ético, o retóricas, esfuerzos e inversiones de resultados deleznables.
Esta perspectiva de hacer historia, de
construcción social como medio de reivindicar poder, identidad y territorio puede
contribuir a esclarecer los rumbos por los que debe transitarse en la relación
sociedad – ambiente por la construcción de una ciudadanía crítica, sobre todo
ante los precarios resultados de una educación ambiental convencional que
pareciera haber entrado en un estado de coma durante las últimas décadas, ante
el bombardeo mercantilista y pro-consumista (Gonzáles 2001). En concordancia la educación ambiental desde sus dilemas afronta un
mundo contemporáneo donde la vida se ha desorbitado en la economización de la
vida y su encadenamiento a la tecnología. La racionalización del mundo moderno
ha desnaturalizado la naturaleza, descontando el futuro, sujetando al sujeto,
olvidando al ser (Leff 2010).
Sin duda alguna es necesario explorar
significados, re-definir y operativizar satisfactoriamente conceptos tales como
conciencia ambiental, cultura ecológica o sensibilización ambiental. Esta
dedicación y la manera de llevarla a la práctica como instrumento esencial de
una gestión ambiental participativa marca el horizonte para atenuar
frustraciones. Pues realmente la explicación de la problemática ambiental se
sitúa, no en los síntomas sino en el centro mismo de la actividad humana tras
sus símbolos, valores, conductas, tecnologías o economías contextualizadas por
una forma cultural articulado o desarticulado al sistema natural (Gonzáles
1996).
Frente a estos desencuentros y dilemas frente a
la formación ambiental en un territorio de connotaciones geopolíticas, se está
cohesionando una figura de trabajo intersectorial. La Mesa Departamental de
Educación Ambiental: Caquetá integrada por diversas organizaciones de base,
entidades escolares, sector privado e instituciones gubernamentales propende
por continuar con los objetivos que se visualicen en la Fase de expansión del
Programa de Educación Ambiental. El Comité Técnico que lo compone, está
esmerado por fortalecer esta política pública en diferentes escenarios y desde
diferentes enfoques culturales y disciplinarios. Esta figura intersectorial
está fraguando acciones conjuntas por concertar y proyectar el tema en instancias
territoriales como los CIDEA´s municipal y departamental, así como optimizar
sus esfuerzos gestionando recursos e instrumento técnico-políticos que
garanticen la visibilización de actores sociales e institucionales con propuestas
frente al tema.
Sin embargo
este amplio espectro de disciplinas e instrumentos requieren enfocarse en un
objetivo social, pensar mejor la política pública, particularmente la política
ambiental para la Amazonia, y la educación como una agencia democrática para la
interpretación, reflexión y acción acorde a nuestras especificidades naturaleza
– sociedad – cultura. Requerimos trascender el papel marginal y subsidiario
tanto dentro de los sistemas educativos escolarizados, como en los procesos de
educación ambiental, pese a la relevancia que se le otorga dentro de los
discursos institucionales.
Por lo
anterior encontramos que en el campo de la educación ambiental para el
territorio Caqueteño ha permanecido unos conceptos polisémicos cuyos sentidos
se han naturalizado y se pretenden abordar con diferentes estrategias pedagógicas,
en algunos casos delimitados conceptual, geográfica y operativamente al enfoque misional de la institucionalidad
territorial. Pese a la compleja interfase entre ciencia – política – ambiente
frente al tema en discusión, persisten en la región acciones atomizadas, sesgos
preservacionistas, imaginarios e idealizaciones indigenistas o enfoques
lineales de causa – efecto frente a los desafíos ambientales.
No obstante
se observa un horizonte optimista frente a esta carta de navegación. Bajo una
influencia de consolidación latinoamericana e integración regional, se están
fraguando vertientes interdisciplinarias que coadyuven a resolver problemas
irresueltos frente a lo ambiental. La
historia ambiental, ecología política o economía ecológica pese que comparten
innumerables interrogantes, están en proceso de formación tanteando su
definición y fronteras en un terreno donde sus practicantes tienen muchos
lugares para buscar su inspiración. Algunas de ellas están haciendo mucho
énfasis en las transformaciones del espacio geográfico y paisaje a través del
tiempo, a partir de la comprensión de las interacciones de las estructuras e instituciones humanas
con la naturaleza (Sedrez 2002).
La intersectorialidad
que se está construyendo tímidamente está asumiendo su propósito evadiendo
sesgos reduccionistas, contrarrestando efectos perniciosos de poner en el
centro del ethos a la conservación de
la naturaleza prescindiendo de ciertos grupos humanos, rompiendo delimitaciones
del tema más allá del ámbito escolar y enriqueciendo vínculos con diferentes
propósitos humanos, sistemas de valores y modos de vida. Ello nos pone en el
desafiante papel de tejer participativamente una red expansiva dirigida a
diversos agentes sociales articulado con lo político y lo ético. Pero también,
nutriéndose de aquella pléyade de experiencias locales significativas en
fomento de comportamientos emergentes capaz de otorgarle el carácter de
sostenible al territorio.
Estamos
concibiendo entre las confrontaciones y consensos el trabajar intensamente
sobre los temas y preocupaciones que conciernen a la vida cotidiana de la
gente, que promueva estrategias de alfabetización que nos permita comprender el
porqué del desempleo, de la violencia, de la desesperanza, de la degradación
del medio y eso articularlo con las condiciones particulares de calidad de vida
presentes y del entorno vital que subyace. Esta condición nos permitirá ubicar
el mapa de nuestras propias decisiones de intervenir en aquellos asuntos que
afectan nuestras vidas; por tanto ejercer un poder, y dar legítimo significado
a la pluralidad, diferencia y otredad.
El día de
hoy en Paipa – Boyacá ha dado inicio formalmente el Encuentro Nacional de
Educación Ambiental – 2013: “Hacia la Incorporación de la Educación Ambiental
en el Desarrollo Territorial: Avances, Retos y Proyecciones”. Este escenario está concebido como espacio
formativo que permite profundizar y cualificar los procesos de reflexión
crítica en el Marco de la Política Nacional de Educación Ambiental (PNEA). En
particular este encuentro tiene como propósito presentar de manera crítica la
consolidación de los resultados del proyecto de “Introducción del Programa
Nacional de Educación Ambiental en Seis Nuevos Departamentos del País”, con
miras a identificar los principales retos y proyecciones en el tránsito hacia
el proyecto de Expansión, teniendo en cuenta el horizonte de
institucionalización de la PNEA como factor de sostenibilidad del tema en el
territorio.
Para este
escenario se cuenta con la participación de 40 actores institucionales y
organizacionales de los departamentos de
Atlántico, Caquetá, Putumayo, Sucre y Santander, los cuáles han sido
seleccionados por los equipos técnicos regionales con el apoyo del nivel
nacional. La ardua agenda permitirá presentar resultados de la estrategia
formativa implementada a través del proyecto Introducción, planteando avances,
dificultades y proyecciones de los sistemas departamentales de gestión de la
educación ambiental. De igual manera, está programada la socialización de
elementos de contextualización del proyecto de Expansión del programa y los
retos formativos y de gestión que plantea cada núcleo intersectorial de trabajo
instaladas en el territorio. Por ende, el establecimiento de un Plan de Trabajo
para el 2013 con base en los retos y proyecciones regionales y nacionales; e
identificar criterios, mecanismos estratégicos y operativos que permitan
avanzar en los procesos de institucionalización y trabajo en red.
Nuestra
mesa de trabajo indiscutiblemente incorporará herramientas pertinentes para
asumir este propósito de construcción de territorio, región y sociedad. Corpoamazonia
lidera comprometidamente este trasegar y promoverá en lo técnico y lo político,
insumos de cohesión interinstitucional y participación ciudadana.